4.03.2017

Lo que ya no me va.


¡Qué tal, mis queridos lectores!

Un nuevo lunes, el primero de abril. Otro fin de semana bien descansado y aprovechado, espero.

Este fin me reuní con algunas amigas en una velada relax, para platicar de todo y nada, beber un poco y, principalmente, relajarnos. En los preparativos decidimos comprar alitas para botanear y pasamos a un barecillo de por la casa. El mesero nos invitaba a pasar en lo que estaba nuestra orden estaba lista, misma invitación que declinamos ya que la música tenía un volumen excesivo.


Ya camino a casa descubrí un nuevo billar por la zona que nos llamó la atención. Todas acordamos que sería más adecuado conocerlo entre semana, "cuando hubiera menos chavitos". Vamos, no es que seamos unas ancianas, simplemente que llega un momento en el que sabes que si te gusta y que no.

De eso vamos a platicar hoy. ¿Qué cosas han dejado de hacer por falta de tiempo y que cosas han dejado de hacer simplemente porque ya no les interesan?


De forma particular les puedo decir que yo disfrutaba mucho acampar. Esa parte de localizar zonas padres y preparar la casa de campaña, los víveres y las pláticas alrededor de la fogata son actividades que aún extraño hacer. Esto dejé de hacerlo más por cuestiones externas que por haber perdido el gusto a las mismas. Entre falta de tiempo, amistades que no comparten el gusto y achaques que ya no permiten que sea cómodo dormir en el piso, he ido desistiendo poco a poco de esta afición.



Por otra parte, una de las actividades que más odiaba de mis círculos sociales de mi juventud era "ir de antro". Sigo sin explicarme cómo es que alguien puede disfrutar estar en un lugar sobre saturado con música repetitiva y estridente a todo volumen, donde los costos de las bebidas son excesivos y por lo general existe una presión para que termines tu botella lo más rápido posible para que abandones la mesa o bien, consumas otra. Esos lugares donde es imposible bailar ya que hay un excedente de seres humanos en el establecimiento. No es como que odie salir a tomar un trago, en ese aspecto prefiero ir a un bar a escuchar rock en vivo y tomar unas chelas con los amigos. Recuerdo que hace unos años me increpó uno de mis amigos mis constantes negativas a acompañarlos al "lugar del momento" señalando que antes disfrutaba esos lugares.  Mi respuesta fue tajante: iba por sociabilizar, no porque me gustara.


Entonces, mis estimados, ¿ustedes tienen actividades que extrañen? ¿reconocen alguna actividad que hicieran en su juventud únicamente para "encajar" entre su círculo social?


Espero que el cambio de horario, para los que recién nos tocó, no haga estragos y anden con la pila bien acomodada. Tengan una excelente semana y disfruten la vida al momento, no saben lo que pueda pasar después. ¡Besos!



-Sabina