4.26.2017

Conociendo a México. ¿Qué hace a una ciudad?


Siempre que hablamos de turismo pensamos en esos lugares que "tienes que conocer", incluso, a veces de plano preguntan "¿hay playa?". En el caso de la Ciudad de México, la lista es fácil: Museo de Antropología, Chapultepec, Reforma, el Centro Histórico, Coyoacán... o lo hacemos en términos gastrónomicos, "no, que si no comiste en tal lugar es como si no hubieras ido", "la cantina tal es el mejor ejemplo de lo que es la capital".

Pero la verdad es que nosotros, los habitantes de nuestras ciudades, aunque si hemos disfrutado de esos lugares no son los que vivimos, son más bien como la ropa de los domingos, son como ese vestido de fiesta que a veces usamos, o el traje que sólo es para los bautizos y las bodas a las que nos invitan los de la oficina.


¿Qué hace a una ciudad?, bueno, no vamos a entrar en antropologismos de caterva, sólo digamos que es la gente y los lugares que habita a diario, los  sitios que transita, los lugares donde come. Dicho lo anterior, les traigo una lista, como toda lista, totalmente subjetiva de lo que yo creo que hace a la capital del país. Si algún día viniera un visitante con suficiente tiempo me gustaría llevarlo a estos lugares, para que viera el interior de este organismo.


1. Tianguis/mercado/CEDA. En estos lugares uno encuentra amas de casa, gente de servicio, comida de todos lados en estilos varios. Varían mucho si se trata de una colonia fresa a una más populachera, y aún así conservan similitudes.



2. Metro en hora pico. No llevaría a los visitantes a una inmersión de axilas, olores y entrepiernas, salve dios a esas pobres almas de vivir eso, pero sí me gustaría que pudieran ver esos ríos de gente, que vieran a la gente, sobre todo en las mañanas, señoritas guapas y de cabellera aún húmeda, obreros adormilados, oficinistas viendo series en sus celulares...


3. Calle Madero en el Centro. Otro lugar para ver gente, para ver usos y costumbres, familias que salieron de paseo, parejas, grupos de parejas, gente extraña, turistas mirando la fachada de la ciudad. Valdría mucho la pena llevar a nuestros visitantes a uno de esos cafés en balcón y señalarse grupos y sus ritos.


4. Colonia popular. Pozolería, escuelas, iglesia, mercado. Llevaría a mis visitantes a una colonia tranquila, como Mixcoac, algunas áreas de Iztapalapa, o allá por la Villa, no sé, tantas, que comiera en una pozolería de barrio, nada de casas de toño, no, sino en esas cocinas que nacieron en el patio de una casa, donde los viernes por la noche se alcanza incluso a entrever la sala de la familia mientras deleitamos un pozole, interrumpidos por la doña para ofrecernos un poco más de caldito.



5. UNAM - IPN. Para que conocieran a la juventud, para que vieran muchachas y chavos, para que admiraran la arquitectura, para que probaran esas tortas que se preparan en menos de tres minutos y aún así saben chidas.


Hay otros lugares que se me ocurren, como llevarlos a probar los desayunos godinez, o a un parque a ver familias mexicanas, o que vieran sobre viaducto uno de esos largos embotellamientos al anochecer... 

¿Usted, que le enseñaría de sus ciudades a esos visitantes imaginarios?, no, esperese, no se trata de ser sarcástico, sino de imaginar, de advertir esos espacios más reales y tangibles que una grupo de grutas.



Cortesía de Null