10.08.2018

Lunes de Lumbreras - “Un mexicano ejemplar”




“(…) la Patria exige que cumpláis con vuestro deber, aún con el peligro y aún con la seguridad de perder la existencia”.
Belisario Domínguez.

Mis queridos fifís,

En tiempos tan convulsos como los actuales, en los que la política mexicana demanda perfiles honestos, probos y valientes, me permito utilizar mi espacio semanal para recordar la vida e historia de un mexicano ejemplar, que fue asesinado en defensa de sus principios y virtudes (casi) un día como hoy, pero de hace 105 años, don Belisario Domínguez.




Hace 105 años, el 7 de octubre, pero del año 1913 fue asesinado don Belisario Domínguez Palencia, Senador de la República y originario de la bella Chiapas. Proveniente de una estirpe de destacados liberales (su abuelo fue gobernador de Chiapas en tres ocasiones y participó en contra de la intervención francesa; su padre fue militante del Partido Liberal) y de profesión Médico Cirujano ("Médico Cirujano, Partero y Ocultista" es el título profesional que se le otorgó), don Belisario fue educado en buena cuna. Sus padres le dieron una instrucción privilegiada, lo que le permitió titularse en la prestigiada Sorbonne en 1889.

Al regresar a su natal Comitán, instaló su consultorio médico en donde ejerció su profesión con gran altruismo hacia los sectores desfavorecidos, emprendiendo largos viajes a las zonas más marginadas de Chiapas para atender a los enfermos y a través de la “Fraternidad”, una farmacia instalada por el mismo en 1904 en la cual ofrecía precios especiales a la gente de escasos recursos. Todas estas carencias e injusticias quedaron manifestadas en su escrito “Chiapas”, publicado en 1903 y en donde hace una severa denuncia hacia dichas condiciones sociales y hacia los pésimos gobernantes de su natal Chiapas.





Además de haber fundado "El Vate", en donde hacia duras críticas a Díaz Mori, quien por aquellos años (1904, fecha de la fundación del periódico), se encontraba ejerciendo el cargo de Presidente de la República por apenas poco más de 20 años y de continuar con su labor altruista, ejerció como Presidente Municipal de Comitán, Chiapas (1911).

Posteriormente, en 1912, fue propuesto a la Senaduría de la República, elección en la que decidió participar como suplente de Leopoldo Gout. A la muerte de Gout, don Belisario ejerce como Senador Propietario.





En este punto cabe destacar que a principios de el convulso año de 1913 tuvo lugar un golpe militar ideado para derrocar a don Francisco I. Madero del cargo de Presidente de la República, conflicto que duró del 9 al 18 de febrero y que culminó con el asesinato del presidente Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez, golpe mejor conocido como la "Decena Trágica".

Con apenas poco más de un mes como Senador, votó en contra de la solicitud del entonces ministro de Relaciones exteriores para ampliar el plazo de permanencia de barcos estadunidenses en el puerto de Veracruz.

Imaginen ustedes lo que representaba en un gobierno tan represor como el de Victoriano Huerta el hecho de que un Senador acusara al gobierno de ser el asesino de presidente Madero y del vicepresidente. El punto más álgido de dicho discurso pronunciado en la Cámara Alta y ante la presencia del ministro León de la Barra, don Belisario dijo:

Señores Senadores, yo votaré en contra de la autorización que se nos pide, porque ella es un voto de confianza al gobierno que asesinó al presidente Madero y al vicepresidente Pino Suárez, porque es un gobierno ilegítimo y porque es un gobierno que ha restaurado la era nefasta de la defección y el cuartelazo".

Un par de meses después, en la sesión del 16 de septiembre, siendo miembro de la Comisión de Recepción del informe de gobierno, se rehusó a estrechar la mano de Victoriano Huerta.

Pero el punto de quiebre se dio un par de días después, cuando don Belisario preparó un discurso (23 de septiembre) que fue vetado por el Presidente en turno de la Cámara de Senadores, por el contenido en contra de Huerta. Lo anterior no detuvo a Domínguez Palencia, quien mandó a imprimir su texto y a distribuirlo en las calles. En su parte más crítica, acusa:

Don Victoriano Huerta es un soldado sanguinario y feroz, que asesina sin vacilación ni escrúpulo a todo aquél que le sirve de obstáculo. ¡No importa, señores! La patria os exige que cumpláis con vuestro deber, aún con el peligro y aún con la seguridad de perder la existencia. Si en vuestra ansiedad de volver a ver reinar la paz en la República os habéis equivocado, habéis creído en las palabras falaces de un hombre que os ofreció pacificar a la nación en dos meses y le habéis nombrado presidente de la República, hoy que veis claramente que éste hombre es un impostor inepto y malvado, que lleva a la patria con toda velocidad hacia la ruina, ¿dejaréis por temor a la muerte que continúe en el poder?”





En el Senado el escándalo fue mayúsculo y en las calles el texto se extendía como reguero de pólvora. Huerta acusó de recibido y movió todo su aparato dictatorial a efecto de que fuera liberada una orden de aprehensión en contra de Domínguez Palencia. Así, hace ya 103 años y siendo aproximadamente la hora en que termino de redactar esta publicación (entiéndase, 7 de octubre de 1913 a las 11:30 horas), don Belisario aprehendido y sacado de la habitación número 16 en el Hotel Jardín, en donde se hospedaba, y conducido al cementerio de Xoco, en Coyoacán. Allí, fue martirizado y asesinado a sangre fría por sus cuatro verdugos (Gilberto Márquez, Alberto Quiroz, José Hernández Ramírez y Gabriel Huerta), quienes sepultaron su cadáver desnudo en el mismo sitio.

Respecto de la leyenda de la mutilación de su lengua por parte del médico cirujano Aureliano Urrutia Sandoval, es puramente eso, una leyenda. Tan es así, que en las constancias procesales de aquellos años no se da fe de tal cuestión, ni en la investigación de 1914 o el proceso del caso en 1921 se presentan cargos en contra de dicho médico. Aún más, en el certificado de la autopsia se acredita como causa de fallecimiento las heridas de proyectil de arma de fuego penetrantes de cráneo.

Finalmente, más allá de la medalla instaurada en su honor, la trascendencia de una figura tan vital, de un hombre de tan altos principios como lo fue don Belisario Domínguez radica en la ausencia de hombres tan moralmente elevados como él, que dedicó su vida al altruismo y a defender sus ideales aún con su propia vida.

Sin duda, una fecha de suma importancia para todos los mexicanos, que nos debe mover a la reflexión y a conocer, como pocos los ha habido en la historia nacional, a este mexicano ejemplar.

Ultílogo. Aquí un par de libros sobre Belisario:

1.    "Al filo de la Patria. Los héroes masacrados" de Ernesto Soto Páez.
2.    Belisario Domínguez", compilado por Silvia González Marín y publicado por la LIII Legislatura de la Cámara de Senadores (1986).

PD. @Dra.Tripa, te mando un beso bien a la Belisario Domínguez, de lengüita.

Fielmente,
@Bruno.