7.12.2016

La generación mimada.

El artículo El estudiante eunuco, publicado en El País en noviembre de 2015, menciona un fenómeno que está ocurriendo en algunas universidades de Estados Unidos. Resulta que los estudiantes han pedido cancelar algunos eventos, porque resultaban potencialmente ofensivos, ya que la comunidad universitaria se ha vuelto muy sensible a ciertos temas...
"un ejemplo [...] entre miles: una profesora de Derecho en la Universidad de Harvard escribió un artículo el año pasado lamentando la presión que recibía del cuerpo estudiantil para que no diera clases sobre cómo la ley responde a casos de violación. La profesora, Jeannie Suk, comparó esta actitud con intenta enseñar cirugía a un estudiante de medicina sin exponerle a la angustia de ver sangre."

Ahora parafraseo el artículo: La censura de personas cuyas ideas no confluyen con las nuevas percepciones de lo que es o no aceptable se está extendiendo por las universidades anglosajonas, lo que es un es un síntoma de una tendencia represiva en un sector de la sociedad donde uno suponía tenían un alto valor al principio del pensamiento libre. La meta final es proteger “el bienestar emocional” de los estudiantes, convirtiendo los campus en “lugares seguros” donde “jóvenes adultos están protegidos contra palabras e ideas que les hagan sentirse incómodos”. Los militantes universitarios anglosajones de hoy censuran sobre la base de lo que sienten. Practicantes de una especie de fascismo lite, ellos son los que mandarán dentro de no mucho tiempo.
"¿A qué se debe tanta susceptibilidad entre los estudiantes del mundo anglosajón? En parte tendrá que ver con la presión conformista ejercida por la policía religiosa de las redes sociales, el miedo a la crucifixión verbal que padecerá cualquiera que discrepe de la ortodoxia de la manada. Pero, como también sugiere el artículo de la revista The Atlantic, la juventud de hoy, especialmente la que ha tenido la suerte de ir a la universidad, pertenece a una generación mimada."
En tanto, en México, tenemos nuestra propia versión del tema, el llamado 'chairismo'. A estas alturas del tema, cualquiera que opine en contra de las sesudas declaraciones de los secretarios, gobernadores y demás fauna similar, estará pecando de chairo, y por antonomasia, de pendejo.

Dice Alma Delia Murillo en Sin embargo, que "el Chairismo es una suerte de reminiscencias del Socialismo, Progresismo, Liberalismo, ingenuidad y neurosis amalgamados en algo así como la cocina fusión pero no tan chic porque los chairos no tenemos buen gusto ni somos trendsetter, somos más bien rasposos."
"Lo que digo, chairos o no chairos, es que la historia de este mundo sería infinitamente más jodido [...] si no fuera por el gremio de inconformes que, generación tras generación [...], ha señalado, peleado y apostado su vida para recordarles a los poderosos que no pueden hacer lo que les venga en gana[...]."


Hace días, cuando ocurrió lo de la matanza gay en Orlando, surgió un fenómeno que se pudo ver claramente en twitter, mucha gente reclamó su "derecho no estar de acuerdo que existan los gays". Sí, y aunque Twitter sea un nido de trolls, no por ello vamos a desestimar que mucha gente esté pensando así.

Creo que el tema da para mucho, y puede haber explicaciones desde distintas disciplinas, por lo pronto, le dejo mi sencilla opinión: Estamos dejando de pensar, sólo estamos reproduciendo opiniones., somos una generación mimada y hemos perdido la voluntad y la capacidad de discrepar, así como también perdimos la voluntad de entender al otro, así como la capacidad de cambiar de pensamiento, a veces somos peor que un fanático religioso.





Cortesía de Null