11.01.2016

Cinco cosas sobre el Día de Muertos que no vas a leer en ningún otro lado.

Fueron considerados con base en la información que pulula en la red, todo mundo saca infografías, recetas e instrucciones sobre el Día de Muertos, y muchas veces sólo repiten vieja y errónea información.

1. El origen del Día de Muertos no es prehispánico. Por mucho que lo leas en todos lados, en tiempos prehispánicos no había un día para el recuerdo de los muertos, entre muchas razones, porque las entidades anímicas (digamos, alma), no existía como tal, y sólo uno de sus componentes tenía un corto periodo de existencia más allá de la vida, luego volvía al origen y se volvía a usarse, pero no se consideraba una reencarnación.

2. El origen del Día de Muertos tampoco es hispánico. Hace unos años corrió como un reguero de pólvora una investigación que señalaba que su único origen estaba en los ritos traídos por la Iglesia Católica durante la Colonia, pero el rito de esta no considera la ofrenda de comida en altares hogareños, ni tampoco la creencia que las almas regresan; las almas, para el rito judeocristiano, sólo regresarán hasta el juicio final.




3. El Día de Muertos era una celebración católica-indígena. Tomando algunos elementos de la conmemoración de Todos Santos y Fieles Difuntos se adaptó a una ceremonia con ritos, reminiscencias y reconstrucciones idealizadas sobre el pasado prehispánico. Consistía en ofrendar comida y objetos en un altar casero. Se realizaba en algunas regiones del centro del país y regiones indígenas concretas de otras entidades, estaba ligada al final de los ciclos agrícolas y la sobreproducción que se obtiene en algunas ocasiones. Aunque está persiste ha quedado en segundo plano.

4. El Día de Muertos es un espectáculo y una fiesta. La evolución actual del Día de Muertos se puede trazar desde décadas antes, y está íntimamente ligada al sincretismo con el Halloween estadounidense. La conmemoración se hace en abstracto a los muertos, y se ve fuertemente influenciada por la imagen que tienen en el extranjero sobre lo mexicano, en ese sentido, los mexicanos hemos dejado que nos definan desde fuera. De este modo, la Catrina se ha vuelto la parte por el todo y está siendo incorporada a otros culturas, pero sin que ellos signifique que el ritual católico-cristiano se esté exportando.




5. La explicación de los elementos del altar de Día de Muertos son una farsa. Casi todas las descripciones que se producen en internet son una mezcla incongruente de ritos que van desde el new age, hasta interpretaciones antropológicas al uso de la década de los ochenta. Los elementos originales de cada ofrenda variaban según la región y grupo cultural, no existe una receta o instructivo correcto.

Dos ejemplos:
  • La incorporación del cempasúchil a los altares es relativamente reciente, en la década de los ochenta se incrementó su producción, debido al crecimiento de la demanda para los altares urbanos.
  • El pan de muertos no está divido en cuatro como referencia a los cuatro rumbos del universo que contemplaba la cosmogonía prehispánica. El pan de muertos clásico, adornados con huesitos, también es relativamente reciente y su origen probablemente también sea urbano. En los pueblos el pan de muerto tiene formas diferentes.



La investigación y publicaciones sobre el tema del culto a la muerte tienen una larga trayectoria, durante décadas fue el lugar privilegiado de varios investigadores, es tan grande la cantidad de bibliografía que terminaron por dictar al objeto, en lugar de estudiarlo. Como sea, el Día de Muertos es un elemento cultural, entendiendo la cultura como aquello que nos da sentido de pertinencia y nos identifica, por lo tanto, es susceptible de transformarse en el tiempo, pero eso no excluye que tengamos que entender la tradición, ni señalar sus cambios.

¿Usted cómo celebra el Día de Muertos?



Cortesía de Null















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