11.10.2016

Notas para salvar al mundo de su debacle

En el futuro, dirán que los últimos años del siglo XX y los primeros del XXI, la humanidad se dedicó a masturbarse.



Escribí lo anterior el año pasado. Ayer, en la mañana, la gente se mesaba los cabellos y trataba de entender que había pasado, ¿cómo pudo suceder lo inimaginable?

Girls just wanna have fun.
Cindy Lauper cantaba esto al inicio de la década de los ochenta. He ahí los pilares de esta sociedad, en los ochenta se dieron ideas básica que hoy tenemos, como la democracia y el libre mercado; de las cuales destilan otras cosas, fruto de la ideología de la clase dominante.

¿Muy denso, verdad?, ¿quién quiere oír esto?, ¡yo vine aquí a divertirme! Tal como escribí en La generación mimada (julio 2016), estamos en un momento muy particular. Por un lado pareciera que la humanidad ha logrado llegar al top.


La ciencia es reconocida y trabaja por nuestro bien, el libre mercado nos permite comprar lo que se nos antoje, en el momento que queramos. Nosotros no pasamos las penurias que nuestros padres nos contaron que tuvieron que sufrir, ni se diga las de nuestros abuelos. Nosotros les evitamos todo dolor a nuestros hijos, porque queremos que vivan algo mejor que lo que nos tocó a nosotros.

Básicamente sólo tenemos que disfrutar el viaje, porque eso es lo que importa en la vida, según nos ha dicho el cine, los libros y la música. Este pensamiento es el que nos ha llevado al punto en el que estamos, ¿no está mal, verdad?

Hemos abandonado toda empatía, ¿por qué tendría que interesarme lo que le pasa al otro?, el quiera azul celeste, que le cueste, ¿cierto?

Y sin embargo, para otras personas, ha llegado el momento de salir de la pasividad y pasar a la acción. No, no se trata de salir a marchar o hacer pintas o desmadre, no, sino de voltear a mirar al otro, y antes que señalarlo, entenderlo, para poder hablar con él.



¿Usted de qué lado está?



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Cortesía de Null