Que tal, mis queridos lectores!
Como están? Que tal los ha
tratado la vida? Acá todavía asimilando que ya se me fue un año más sin dar con
el secreto de la felicidad, que caray jaja.
El día de hoy, obedeciendo a mi
humor por los días nublados, hablaré de un tema que está ahí entre nosotros...
Palpitante y silencioso pero casi tangible: la soledad.
Hay que aceptarlo, muchos pueden
ser los motivos por los que llegamos aquí, sin embargo un factor importante que
nos hace permanecer es la soledad. No implica que no tengas otras opciones o
que tu vida sea miserable. Simplemente pasa que en un momento de la vida, esta
fue tu mejor opción para sociabilizar. Es común que la soledad sea identificada
como algo negativo y perjudicial. Es así porque habitualmente se asocia con la
tristeza y la desesperación. Sin embargo, la soledad tiene una cara positiva y
necesaria que muchas veces pasa desapercibida. Una cara oculta por la sombra
negativa del concepto fatídico presente en la sociedad.
Y bueno, que es lo que pasa con
la soledad? A mi parecer, es como todo: depende de cómo la asumas es como te
irá con ella. Entonces, no es tan mala compañía. Es buena cuando quieres
reflexionar o bien, cuando sientes que simplemente no puedes marchar al ritmo
que llevan los demás. Cuando estamos solos observamos a nuestro alrededor, nos
fijamos en muchos más detalles. Son mis mejores momentos de introspección y
melancolía.
Estar solos nos da chance de poner
en perspectiva los problemas y analizar detenidamente qué es lo que nos hace
felices y lo que de plano no. Un paso fundamental para entender nuestros
sentimientos y nuestras actitudes, pero también los de los demás. Así las
cosas, la soledad se vuelve algo fundamental para mejorar nuestras relaciones
interpersonales y nuestra capacidad de empatía.
Los motivos que nos llevan a la
soledad pueden ser diversos: una separación, cambio de casa, la pérdida de un
ser querido, vamos que hasta la rutina te puede llevar a estar solo!
A mi parecer, no es malo tener
esos lapsos en los que decides bajarte del barco y mantener un bajo perfil. Si
me lo preguntan, hasta saludable es. Esa tranquilidad de poder llegar a casa y
tomarte una copa de vino, leer un buen libro y olvidarte de que el mundo
existe. Esa salida al cine sin necesidad de ponerte de acuerdo con nadie para
escoger la película a ver, o también esa visita al café que tenías ganas de
conocer desde hace días, pero por distintas cuestiones nada más no encontrabas
con quien ir. Ese viaje de fin de semana a ese lugar al que habías estado
postergando la visita por falta de tiempo y bueno, compañía. Es todo un mundo
de posibilidades...
Por mi parte, eso fue todo. Ya me
dirán ustedes su percepción en cuanto a la soledad, buena o mala y como la han
pasado. Que tengan un bonito inicio de semana.
-SABI