Nadie nos enseñó a colocar las manos en posición de puño. Nacimos sabiendo hacer este simple movimiento. Por lo tanto, es algo natural. E inconsciente. Por eso mismo algunos se atreven a decir que la forma en la que cerramos la mano dice algo de nuestra personalidad, la forma en la que nos relacionamos con los demás o cómo tomamos decisiones.
La página web mentalfeed.com ha elaborado un sencillo test para mostrar el significado profundo de este gesto. Según ellos, la forma en la que colocamos los dedos es una expresión de nuestros rasgos de carácter y también muestra cómo somos en la relación de pareja.
Normalmente el acto de cerrar el puño es subconsciente, que hacemos cuando estamos enfadados, estresados o frustrados.
Si no te dedicas al boxeo ni sueles pegar puñetazos, seguramente no pienses mucho en cómo cierras el puño.
Pero lo cierto es que deberías, porque dice mucho de tu personalidad. Venga, ciérralo y compáralo con las siguientes figuras:
¿Cómo cierras la mano?
1. Todos los dedos sobre el pulgar:
Cómo te ven los demás:
Estas personas tienen un lado muy creativo,
son ingeniosas y expresivas. Aunque son muy emotivas en muchas ocasiones,
reaccionan muy rápido a los cambios. Las personas con esta personalidad son muy
pragmáticas y buenas para el arte. Pueden ser muy precavidas y, debido a su
naturaleza sensible, tienden a preocuparse mucho. Son inteligentes, les gusta
la armonía y son justas, pero también son buenas manipulando a los demás.
Cómo eres:
La mayor parte del tiempo prefieres mantenerte
tranquilo. Esto se debe a tu naturaleza amable, porque prefieres callarte antes
que herir a alguien. Normalmente eres
sociable y fácil de llevar. Solo necesitas un poco de libertad y vivir tus
sueños. Solo necesitas unos cuantos amigos cercanos.
Cuando estás enamorado:
No te gustan los dramas. Por ello, prefieres
las situaciones relajadas y cómodas. Lo mismo en tus relaciones
sentimentales. Tu mayor debilidad es tu
compasión. Aunque hayas sido herido en lo más hondo, siempre estás listo para
olvidar y perdonar.
2. Pulgar sobre los dedos
Cómo te ven los demás:
Las personas que
cierran el puño así tienen mucha creatividad y talento. Su encanto especial
hace que hagan amigos fácilmente. Son generosos, inteligentes y tienen mucha
autoestima. El poder es muy importante para ellos y están dispuestos a luchar
por él. Al mismo tiempo, son flexibles y atentos.
Cómo eres:
Tienes un corazón muy sensible. Te gustaría
hacer muchas cosas, pero tienes miedo a que te hagan daño. Esto es porque
tienes expectativas demasiado grandes y, al mismo tiempo, miedo a perder. Necesitas que te animen. No necesitas mucho
para ser feliz. Solo necesitas que las personas a las que quieres te entiendan
y quieran por quien eres.
Cuando estás enamorado:
Tiendes a darle muchas vueltas a las cosas.
Esto quiere decir que a veces te quedas perdido en recuerdos dolorosos, que no
puedes dejar marchar. Normalmente tienes dudas; quieres a alguien a tu lado,
pero tienes miedo a que alguien se te acerque demasiado. Como sientes tanto
amor, temes que rompan contigo. Por eso no quieres parecer necesitado y actúas
más distanciado de lo que realmente eres.
3. Pulgar sobre un dedo:
Cómo te ven los demás:
Estas personas son sensibles, tienen una gran
imaginación y mucha intuición. Aunque les gusta ayudar y son generosos, siempre
sienten algo de inseguridad. Son entusiastas pero solo por aquello que les
interesa. Por tanto, pueden llegar a impacientarse, ya que ponen toda su energía
en sus propios intereses. Son de naturaleza curiosa, aventurera y tienen gran
sentido del humor. Tienen la capacidad de reírse de sí mismos también.
Cómo eres:
Necesitas mucha seguridad y siempre quieres
que te traten honestamente. Te gusta cuando te ven como una persona real y eres
aceptado. A veces eres demasiado amable con tus amigos y corres el riesgo de
que se aprovechen de ti. Lo más importante para ti es que la gente sea sincera
contigo. Te das cuenta muy rápido de si lo son o no. Sabes muy bien qué o quién
es bueno o malo para ti.
Cuando estás enamorado:
No eres muy bueno expresando tus verdaderos
sentimientos. Tu pareja puede pensar que simplemente te gusta mucho, cuando
realmente estás “secretamente” enamorado de ellos. Esto no significa que no
seas honesto; solo que no hablas mucho sobre tus sentimientos y tiendes a
reprimirlos. Tampoco es verdad que nunca te enfades, pero sí sueles poner tus
sentimientos en un segundo plano. Siempre tratas bien a tus amigos; la palabra
“egoísta” la desconoces.