El desierto sonorense es mucho más que aislamiento, vientos intensos y sol cegador. Es un rico ecosistema en el que habita una gran variedad de flora y fauna.
El Pinacate –que toma su nombre de un escarabajo negro que allí habita–
Aquí encontrarás sapos verdes, enormes tortugas del desierto, iguanas, víboras de cascabel, carneros cimarrón, berrendos (en peligro de extinción), aves y una gran variedad de insectos.
De igual manera el desierto de Sonora es hogar de una especie de cactus llamado Sahuaro de tallo carnoso, con espinas para repeler a los animales y raíces diseñadas para captar la mayor cantidad de agua posible. Estas plantas pueden pesar hasta 10 toneladas y vivir hasta 200 años.
La mejor temporada para visitar la reserva El Pinacate es primavera, cuando caen las lluvias y la vida reaparece. Entonces el desierto se llena de colores, los cactus florecen y las ranas salen de sus lechos para reproducirse. Además, las temperaturas son menos extremas.