Hace varios conocí la campaña de las heroinas contra el cáncer de mama y me pareció fascinante la idea de que las super mujeres, las que luchan contra el crimen, grandes monstruos y poderosos mutantes, sean las portadoras de una campaña de prevención contra un enemigo que no reconoce super poderes, niveles social, cultura, nacionalidad, incluso en ocasiones no hace distinción de sexo, pues aunque este tipo de cáncer afecta principalmente a las mujeres, es también propenso que algunos hombres lleguen a padecerlo.
Soy una ferviente admiradora de la Wonder Woman y mis inicios como bloguera fue precisamente portando un avatar de ella, siempre digo que la admiro no por hermosa, ni por poderosa, sino por lo que simboliza, una mujer que sobresale de entre todas las mujeres e incluso capaz de patearle el culo a Superman y Batman si fuera necesario. Quizá por ella misma es que me fascina tanto esta campaña.
Tenemos que estar consientes de que hay factores de riesgo, por la edad, herencia genética, quizá los hábitos, pero sobre todo el autocuidado es un factor que jamás hay que descuidar y no por pena o por miedo dejemos de hacernos una exploración que a tiempo puede salvar nuestras vidas.
Es también urgente incentivar a las mujeres con las que compartimos cada día; sí yo sé que aquí muchos compañeros son gentiles y se ofrecen a hacer una exploración con tacto sin ánimos de lucro, sin ningúuuun interés. Pero es también prioritario echar mano de las instituciones de salud y lograr una detección oportuna y evitar una muerte temprana.
Siempre digo que los senos son un regalo maravilloso, porque no solo son lindos, suavecitos y abrazables (sí como el nene consentido), No, no son solo un objeto de placer y deseo, no son solo el relleno de las blusas, o lo que hacen lucir más hermoso el encaje que los cubre; son también el envase del alimento primero que tuvimos y el que hemos dado a nuestros hijos porque son parte de nuestro cuerpo, sean grandes o pequeños son nuestros, cuidemos nuestros senos compañeras, compañeros ayúdenos a cuidarnos.
Cortesía de Rosalba B.
