¿Que es la chaqueta mental?. Bueno, es algo parecido a la puñeta normal, pero a diferencia de esta última, cuando la practicas no te salen pelos en la mano, ni dejas de crecer. Porque la puñeta mental se practica en el cerebro del ser humano, y segun la Brain Research Institute, la puñeta mental es: El acto de imaginar cosas irreales o falsas y tomarlas como verdaderas, y/o interpretar deliberadamente un hecho, o acto de forma erronea, para evadir una realidad. Y también el antropólogo reconocido internacionalmente Dick Sucker da su interpretación: “La puñeta mental es una fantasía, es una forma de forzar al cerebro a sentir una sensación agradable, o bien, a evadir una sensación desagradable, interpretando como verdadero algo que es irreal”.
En realidad la puñeta mental es más peligrosa que la puñeta normal, porque
puede causar delirios y alejamiento de la realidad. El problema es que este mal
es endémico en todo el mundo y la gran mayoría de los seres humanos la
practican. Pero vamos a ver cuáles son las 10 puñetas mentales más frecuentes
en el ser humano.
1.- En la vida todo se regresa:
Muchas veces alguna persona nos ha herido o nos ha hecho algún daño. Y el
sentimiento para evitar esa molesta impotencia es que el que comete el agravio,
un día recibirá lo que ha cosechado.
Es cierto que algunos pagan por sus faltas. Pero esto se debe a diversos
factores como la poca inteligencia del victimario, la mala fama que acarrea
(una persona que robe constantemente será tachada de ladrona) o que se le ha
agarrado con las manos en la masa. Pero en muchos otros casos no sucede así, y
por esto mucha gente se angustia cuando pasan los años y ve que esa persona que
le hizo daño les va mejor (aunque aquí muchos refuerzan la puñeta mental
diciendo, será millonario pero apuesto a que no es feliz).
Es decir, no existe una ley que diga que todos los malos actos “se les
regresen” a las personas que los cometieron. Si en realidad fuera así
viviríamos en un mundo justo y feliz porque la gente tendría que pagar por sus
malos actos. Más bien existen varias circunstancias que determinan si van a
pagar la penitencia o no.
2.- Pasó esto porque Dios lo quiso.
Tomar este enunciado como chaqueta mental no significa que no se deba creer
en Dios. Pero es que muchas veces la gente evade su responsabilidades, o bien
demerita sus triunfos asignándole parte de la responsabilidad a un tercero.
Ojo, no se debe confundir con la frase “Dios estuvo a mi lado cuando logré
este triunfo”, porque a fin de cuentas el mérito es de la persona que lo logró.
El problema es cuando se minimizan los éxitos y las derrotas utilizando a un
dios (o a veces otras personas) de pretexto.
Un claro ejemplo es cuando una persona no logra algo, y dice “es que no me
tocaba”, o “Dios no eligió este momento para mí”. Porque de esta forma no
se acepta el fracaso (y si de los fracasos se aprende, “pos” entonces no se
aprende) y se queda donde mismo esperando a que diosito le diga cuando si.
Otro ejemplo, por el contrario es cuando se dice “Gracias a Dios logré este
éxito”. Error, el éxito lo logra uno porque se esforzó, aquí Dios no tiene nada
que ver. Más bien, se debería decir “Dios, te ofrezco este triunfo que yo
logré”. Por eso México la sociedad es más paternalista a diferencia de otros
países. Porque nosotros pedimos, mientras los otros ofrecen sus éxitos como
ofrenda.
3.- Tengo mala suerte.
Uuuuh, esta si es una chaquetota mental (y de las de pieles finas). Una vez
comenté sobre la suerte en un artículo
pasado de mi blog, donde es posible que en un solo evento la suerte puede
jugar cierto papel, pero que el éxito o fracaso de una persona en la vida (y
que es resultado de cierto número de eventos) es determinado por la actitud.
Así que si dices que no tienes suerte con las mujeres, o que no tienes suerte
en el ámbito profesional, no es que tengas mala suerte. Más bien es que estás
haciendo algo mal y la estás cagando. Para que lo compruebes, te invito a que
hagas el Loserómetro.
4.- La gente rica no es feliz.
Le llamo a esta, la econochaqueta, porque la gente que se la hace no tiene
dinero, y no le cuesta mucho hacerla. Y si bien es cierto que tener más dinero
no implica necesariamente más felicidad, es una pendejada pensar que la gente
rica no es tan feliz y alegre como los pobretones parlanchines.
Por eso mucha gente ve con desdén a los fresas, y creen que tienen su cara
de mamones porque dentro de sí se están pudriendo de depresión (aunque si
pueden existir algunos casos). Pero nada más falso, mejor ponte a trabajar.
5.- Me rechazó porque el/ella era una mala persona o no me
convenía.
En muchos casos cuando a uno le gusta una persona (sea hombre o mujer) se
tiende a exagerar las virtudes y minimizar los defectos. Pero cuando esa
persona lo rechaza, suele pasar lo contrario. Uno resalta los defectos de la
persona para sentir que no le convenía.
Es cierto que muchas veces a uno/una le termina gustando cada tipo de gente…
Pero el rechazo hacia nosotros no viene dado porque sea una persona mala
(aunque la sea). Simplemente no somos monedita de oro para caerle bien a la
gente, y va a haber mucha gente que “si valga la pena como persona” que te va a
rechazar.
6.- Si soy noble y buena persona, las cosas en la vida me van a
salir por justicia propia.
Creo que la bondad es una cuestión de principios que dictan las reglas del
juego. Yo soy bueno con los demás porque yo quiero que me traten igual, y
porque creo que la demás gente merece respeto.
Pero aquel que se escuda en su supuesta bondad suponiendo que con eso basta
para que le vaya bien, está muy equivocado y además es un hipócrita. Esto,
porque en la vida, al igual que con los animales, entre los humanos se da la
supervivencia del más fuerte: El más fuerte sobrevive y el más débil sucumbe.
Por eso mucha gente supuestamente bondadosa se queja de porqué no le va bien.
No significa que se deba ser malo para triunfar. Sino que la bondad y la
nobleza son “principios” y no son estrategias de supervivencia.
7.- Hay gente que no se esfuerza mucho y le va bien, entonces ¿para
que esforzarme?.
Mucha gente güevona mitifica a aquellas personas que parecen que no se
esfuerzan mucho y logran lo que quieren. Y no digo que no las haya, pero es que
con esta chaqueta mental ya se están limitando y estan aumentando
exponencialmente sus probabilidades de fracasar.
Hay gente que tiene dones o sobresalen en áreas donde les es más fácil
desenvolverse que los demás. Más bien casi todos tenemos algún don (muchos no
lo descubren). Pero incluso teniéndolo, el “esforzarte” hará que te vaya
todavía mejor que aquellos que les va bien sin esforzarse mucho. Así que
piénsalo…
8.- La inseguridad y el miedo es de cobardes.
Esta chaqueta es del tipo “los hombres no chillan” o “hágase hombrecito”. Se
nos dice que tenemos que ser seguros de nosotros mismos. Y está muy bien que
aspiremos a ser personas seguras, más bien es indispensable.
¿Pero entonces porque es una chaqueta mental?. Porque todos los humanos
tenemos miedos e inseguridades. De hecho ellos son el motor de nuestra vida,
porque el vencer una inseguridad o un miedo nos da satisfacción, y el negar
nuestra inseguridad innata nos deja atrofiados en esa búsqueda de mejora
continua. Más bien el cobarde lo que hace es no enfrentarse a los miedos (aquí
entran los supuestos valientes que dicen no tener miedo a nada).
El que no le tenga miedo a algo, que arroje la primera piedra.
9.- Llorar es de viejas.
Aprovecho el punto anterior para mencionar este. Pero es que esta chaqueta
mental es clásica, porque desde las épocas de los abuelos, se dice que llorar
es de cobardes y que los hombres se deben aguantar.
Esta chaqueta además de bajar la expectativa de vida de los hombres, hace
que las personas de sexo másculino la pasemos mal. Y lo peor del caso es que
esto no tiene que ver con la valentía o la cobardía, más bien tiene que ver con
la sensibilidad. La valentía del hombre se evalúa por sus acciones y por sus
logros. Para llegar a esos logros se tuvo que fracasar, y pues a veces cuando
uno fracasa chilla, pero luego se levanta y le sigue dando.
Aclaro que me refiero a chillar como una forma de desahogo, no como una
forma de llamar la atención, porque en este ultimo caso, además de ser un
cobarde, eres un emo.
10.- El que leé este blog es inteligente.
El que creé que por leer este blog es inteligente está incurriendo en una
chaqueta mental. Es cierto que por ahí muchos se vitorean y presumen que leén
los artículos de este blog, y que por eso ya su nivel de cultura es muy alto.
Nada más falso, hay mucha gente que lee sin entender lo que dice aquí, y no lo
entiende por eso, porque no es inteligente.
Copipeisteado de: aqui mero
Cortesía de Grimaldo