Eres mío, solo mío.
Porque nadie te hará estremecerte de placer, porque solo yo sé
hacerte explotar y gemir.
Mío, porque todavía te siento dentro de mi fuerte haciéndome
sudar, haciéndome gemir perdiendo la razón.
Mío, porque nunca olvidarás mi forma de besarte, acariciando
todo tu cuerpo con mi boca hundiéndome en tu sexo, comiéndote hasta que
llegaras al final.
Porque todavía te siento tras de mi ahogándome de placer,
besando mi espalda erizando mi piel y susurrándome al oído eres mía y yo soy
tuyo, mientras tus manos juegan con mis senos haciéndome enloquecer.
Mío, porque nadie accederá a tus más profundos deseos de hacer
el amor de más de mil formas.
Porque recordarás que desquitábamos nuestras ganas escondidos y
tratando de ahogar nuestro éxtasis mordiendo nuestros labios, rasgándonos las
ropas, apretando nuestra piel, diciéndonos todo con los ojos, dejando que el
mundo girara mientras hacíamos el amor en el carro.
Siempre serás mío, solo mío, nunca lo olvides.
Y cuando sientas otra boca, otras manos, otra piel, los
recuerdos te torturarán, o despertarás en las noches sudando porque has soñado
con mis caricias, mis besos, mi lengua, mi cuerpo.
Al igual que despierto yo, lamentando tu ausencia, recordando tu
cuerpo.
Así que tu siempre serás mío y yo tuya, aunque estás con otra y
yo con otro.