9.09.2016

De memorias y resguardos

Todo empezó porque leí la noticia de una nueva manera de almacenar datos, a través de átomos, pensé en copy pastear la nota, pero me detuvo el interés que les podría despertar, imaginé que debería escribir una introducción que los conectara con el tema, pero justo por esos días perdí información que tenía en un pendrive. No era nada sumamente importante, ni tampoco irrecuperable, pero tuve que formatear el dispositivo y usar un programa de recuperación para no tener que rastrear en mis archivos versiones previas, que serían mucho más antiguas que las llevaba en el pendrive. El programa funcionó a pesar del formateó, pero recuperó todo lo que alguna vez había estado ahí.

Pensé luego que debería orientar mi nota para el emBrión hacia la seguridad de la información, ya que justo en esos días tuvimos una 'capacitación' en el trabajo sobre el tema, coincidentemente, un par de días después de esta, el área donde laboro perdió información de casi dos meses, que estaba en una carpeta de la red interna, por fortuna funcionaron los protocolos preestablecidos y se salvó todo lo perdido. No sin antes pasar un ligero susto y algunos regaños de los jefes.

Eso me llevó a recordar en la importancia de generar respaldos, pero también en la dificultad de generarlos. Según sé, la mejor forma de preservar datos, para evitar su corruptibilidad, es un medio óptico, es decir, guardar la información en un disco DVD o Blu-ray. Sin embargo actualmente las computadoras ya no integran ese dispositivo, por lo que la opción son los Discos Duros Portátiles, baratos y sencillos de usar, una unidad de tres Terabytes (suficientes para guardar todo su porno), es relativamente barata y se puede conseguir fácilmente, no digamos ya un pendrive de cuatro gigas, esos hasta en el oxxo los venden. Según sé, la opción a futuro son las llamadas Unidades de Estado Sólido, ya que los discos duros portátiles tienden a fallar, a veces sorpresivamente y sin remedio alguno (quizá esté en riesgo todo ese porno que guardaste durante años).

En el trabajo tenemos que respaldar la información en uno de esos discos, si embargo, la unidad permanece en las mismas instalaciones, en caso de una contingencia, incendio, terremoto y colapso del edificio, valdría para pura mergas ese respaldo; por otro lado, sacarlo de las instalaciones también genera un riesgo, ¿la nube?, bueno, es susceptible al hackeo. Algo así sucedió en el World Trade Center en Nueva York en el 7/11, tal como fantaseó Tyler Durden, mucha información desapareció para siempre en los tres edificios que cayeron ese día, de hecho, algunas teorías especulan que el verdadero interés fue el tercer edificio, uno chirris que estaba frente a las torres gemelas. Como dato extra: sólo una compañía no perdió información ese día, ya que su sistema enviaba toda información que se generaba al momento a servidores externos.

Todo esto, finalmente, me llevó a pensar en qué sentido tiene resguardar la información que nosotros, simples humanitos, juntamos. No me refiero a nuestra información privada y personal, sino a las insignificancias que guardamos, desde los treinta y cinco mil memes de Pokemon y Juanga, hasta las cinco mil fotos que tenemos de nuestras vacaciones (las cuales tomamos, pero pocas veces volvemos a ver), la carpeta secreta con fotos robadas del My Space de nuestra ex (o de la versión antigua de Facebook donde sólo bastaba modificar la dirección en la barra del navegador para entrar a todo su perfil) y mejor no mencionamos la cantidad de porno que reunimos en el Internet v1 (allá, a finales de los noventa) y que aún vive en algún viejo disco duro en nuestras casas (cómo se vería si le pasaramos luz azul a ese disco... jajajaja).

¿Qué pasará con toda esa información que celosamente guardamos? ¿Algún día, cuando muramos, nuestros hijos conectarán esos discos duros, o dispositivos atómicos de almacenamiento, y la revisarán al punto? ¿Descubrirán con cariño las tres carpetas con más de 1,500 imágenes de Star Wars (la original) que un dia descargamos?, ¿verán las imágenes chistosas que guardamos porque, bueno, son chistosas?, ¿descubrirán las fotos de la que pudo ser su madre, o acaso así reconocerán a su verdadero padre?



Para concluir, las imágenes que acompañan este post las saqué de una vieja, muy vieja carpeta de imágenes varias chistosas y así. ¿Usted que tanto guarda y para qué?




Cortesía de Null