El temor más grande que puede
tener un padre en esta vida no es ver morir a sus hijos, no. El temor más
grande es no volverlos a ver y no saber qué pasó con ellos.
En las raras ocasiones en las que
le permito a mi cabeza pensar en esa posibilidad termino aterrada, a sabiendas
que no podría seguir viviendo si algo así pasara. Simplemente no creo tener la
fuerza para soportarlo.
Pues bien, este es el caso de la sinaloense
Mirna Nereida Medina Quiñónez, una
profesora de preescolar retirada que enfrentó esta triste realidad e hizo algo
al respecto.
El 14 de febrero del 2014 pasado
fue la última vez que Mirna vio a su hijo con vida. Como era de esperarse, en
cuanto el hecho ocurrió acudió con las autoridades, mismas que solo respondieron
que "ellos solo hacían un registro de las desapariciones, pero no buscaban
a las víctimas".
Esto la llevo a iniciar una
búsqueda de forma independiente, la cual inspiro a otras madres a apoyarla y en
sí, apoyarse entre sí para hacer lo que nadie quiso hacer por ellas. Es ahí
cuando nace el grupo llamado "las rastreadoras"; ellas buscan a sus
"tesoros", que son sus hijos desaparecidos.
"Son alrededor de 20 y forman parte de un colectivo de más de cien
madres llamado Desaparecidos de El Fuerte. Las Rastreadoras tienen un
registro de 140 desaparecidos en los municipios de El Fuerte, Choix y Ahome.
Hasta ahora han encontrado 28 cuerpos, seis de ellos fueron identificados y
entregados a sus familias. Hay indicios de que ocho más son familiares de los
integrantes del grupo; sólo esperan las pruebas de ADN para corroborarlo."
Es de resaltar que el hijo de
Mirna desapareció el 14 de julio del 2014 y fue encontrado justo el 14 de julio
de 2017, tres años después. Mirna
Nereyda Medina cobró fama porque fue ella la que destapó el tema de los
desaparecidos en la región norte de Sinaloa, ella relata que durante su primer
búsqueda descubrió cinco cuerpos en un área cercana a un canal de riego, donde
los ejidatarios suelen tirar los animales que se les mueren; más adelante
localizó cinco cuerpos más en un paraje cercano a otro canal de riego.
Su ejemplo contagió a las
mujeres. Semanas después ya eran 38 las que comenzaron a buscar a los
desaparecidos en El Fuerte; después eran 104. En febrero de 2015 Las
Rastreadoras se adhirieron al movimiento de Red de Enlaces Nacionales. Eso les
permitió acercarse a la titular de la PGR, Arely Gómez, para pedir la
intervención de la dependencia en la región, y capacitarse para participar en
la búsqueda de fosas con los otros desaparecidos de Iguala.
Las Rastreadoras han sido
consideradas como concursantes al Premio Nobel de la Paz por labores que
iniciaron en el 2014, sin embargo ellas quieren mantenerse lejos del
reconocimiento y prefieren hablar de sus prioridades y de las
herramientas que aún les hacen falta a 225 familias para trabajar en esta
penosa tarea.
Esta es la historia de un grupo
de mujeres que enfrenta con valor y entereza a un gobierno que a todas luces se
desentiende de su obligación como autoridad, que las deja solas ante una
situación crítica como lo es perder lo más valioso que la vida te ha dado. Es
una historia más de un pueblo sin Ley, donde el Estado de Derecho no es más que
una burla para el ciudadano de a pie.
Como siempre, un gusto escribir
para ustedes, mis queridos lectores.