Hace unas semanas comentamos de pasada el manspreading, ¿se acuerdan?, bueno, por si no, les cuento rápido que se trata de esa actitud que toman mucho hombres al usar un asiento público en que abren las piernas mucho más de lo necesario, restando espacio a los acompañantes; en español se le puede decir despatarre.
Bueno, en Madrid hicieron una campaña en los buses y metro para frenarlo, ¿pero qué creen?, pues que los omvres, antes que aceptar su culpa señalaron, con su dedo flamígero, que las mujeres tampoco sabían compartir el espacio público y las acusaron de hacer shebagging. No hay que ser un genio para entender la palabra, se refiere a la actitud que tienen algunas mujeres de subir al transporte con enormes bolsas que no acomodan y terminan por estorbar igual que los hombres que se despatarran.
Hace unos días un asiduo comentarista del blog contó algo que presenció: una familia de vacaciones, cuyos hijos entraron a una zona de juegos brincando una reja, en lugar de caminar hasta la entrada que estaba a unos escasos metros, bajo la mirada complaciente del padre, quién le dijo a la madre: "déjalos, están de vacaciones". El amigo comentarista remataba, un tanto alterado, pero no por ellos carente de razón, que una de las razones de la situación en que estamos es la falta de educación.
Yo tengo la teoría de que este problema empezó allá por la década de los ochenta, cuando, gracias a la difusión de los valores norteamericanos, desarrollamos una idea de "la libertad", crecimos pensando que éramos libres de hacer o pensar lo que nos diera la gana, y no teníamos nunca que considerar al otro. Egoísmo puro, no sólo mi placer y satisfacción son más importantes que los de otros, sino que es urgente resolverlos.
Acá en el chilango, cuando un hombre viene desparratado en el metro, si le dices "con permiso" apenas y mueve medio centímetro las patas, lo mismo para las damitas que llevan bolsa, lonchera y termo con café (perdón, pero creo que debería dejar la "feminidad" de una bolsa y usar una mochila como todos, ¡es más práctico!), es una idea muy tonta, es como una especie de "nel, ¡por qué me voy a dejar?".
La UNAM comienza un nuevo ciclo escolar con una campaña llamada "#UnGoyaPor" para promover valores que, en teoría, y como una sociedad moderna, ya deberíamos tener; valores simples como el respeto, la gratitud, la amabilidad, etc... quizá suene cándido, pensando en la anécdota de nuestro amigo comentarista es necesario recordarlos, aunque sea en una imagen, quizá nosotros, los más viejos seamos resistentes a eso, la esperanza está en los jóvenes, pero la responsabilidad también debería ser nuestra.