8.15.2016

De síndromes

El término procede de la palabra griega syndromḗ o concurso, y fue definido como un estado patológico asociado a una serie de síntomas simultáneos. Su significado fue prácticamente el mismo desde su primera utilización en los tiempos de Hipócrates y hasta casi el final del siglo dieciocho.

Fue hasta el siglo diecinueve cuando se comenzó a utilizar para nombrar trastornos complejos como anomalías múltiples, problemas con el metabolismo y perturbaciones que abarcaban a varios sistemas u órganos. Así, muchos síndromes recibieron denominaciones epónimas por dos razones: la complejidad que no admitía nomenclatura descriptiva simple y la segunda, para otorgar un reconocimiento a sus descubridores. 

Sin embargo, el término no fue aprobado de inmediato por la comunidad médica y fue a mediados del siglo veinte cuando, debido a la gran cantidad de síndromes existentes asociados a nombres de médicos, motivaron su cambio de nominación a una forma descriptiva, situación que fue aceptada. 

Pero, en contraste, aparecieron nuevas clases de epónimos, por lo que cualquier nombre es candidato potencial para denominarlos. Por ejemplo, con temas de pintura (Síndrome Mona Lisa); de personalidades (el de Lou Gehrig); históricos (el de Diógenes); bíblicos (el de Job), entre otros; aunque hay otros más complejos para incorporarlos en este tipo de denominaciones por lo que se tuvieron que crear iniciales o siglas ingeniosas como las de LEOPARD o Síndrome de Lentiginosis-anomalías Electrocardiográficas-hipertelorismo Ocular-estenosis Pulmonar-anomalías de los genitales-Retraso en el crecimiento- Deficiencia auditiva sensorineural.

En materia psicológica, también existen síndromes que se refieren a un cuadro relacionado con una reacción psíquica ante determinada situación. Tal vez el más famoso es el Síndrome de Estocolmo, en el cual no existe ninguna enfermedad como tal, sino que se establece un vínculo afectivo entre un secuestrador y la persona secuestrada, al comprender esta última las razones de su victimario.

Algunos de los síndromes más conocidos son: 

Down. “Un trastorno cromosómico que incluye una combinación de defectos congénitos, entre ellos, cierto grado de discapacidad intelectual, facciones características y, con frecuencia, defectos cardíacos y otros problemas de salud”.
Asperger. Es un trastorno del desarrollo cerebral muy frecuente, cuya incidencia es mayor en niños que niñas. La persona tiene problemas para vincularse con los demás y presenta algunas veces comportamientos inadecuados, lo anterior a pesar de tener un aspecto normal, capacidad normal de inteligencia y, con frecuencia, habilidades especiales en áreas restringidas. 
Angelman. “Es una enfermedad genética que causa problemas con la forma como se desarrollan el cerebro y el cuerpo de un niño. El síndrome está presente desde el nacimiento (congénito). Sin embargo, a menudo no se diagnostica hasta los 6 a 12 meses de edad. Esto es cuando se notan por primera vez los problemas del desarrollo en la mayoría de los casos”. 
Muerte súbita del bebé. Es definido como la defunción repentina e inesperada de un(a) niño(a) menor de un año de edad. La autopsia no revela una causa explicable del fallecimiento. Se trata de una situación muy temida por los padres y las madres, ya que no presenta síntomas, avisos ni tiene una explicación clara.
Münchhausen. Este síndrome describe a pacientes que fingen enfermedades complejas, están conscientes de ello y saben que simulan la sintomatología, pero no pueden dar razones por sus acciones; tampoco se deben catalogar de simuladores ni de histéricos.
Los síndromes varían de acuerdo a cada enfermedad, por lo cual el síndrome de una enfermedad no es igual al de otra al contar con diferentes síntomas o elementos definitorios. Si bien el término síndrome es utilizado en la mayoría de los casos para cuestiones relacionadas a la salud, también puede usarse abstractamente para hacer referencia a otras situaciones. Así, con la evolución de las enfermedades, casi cualquier estado patológico puede calificarse como síndrome.

Yo propongo el Síndrome Disqus, que consiste en procastinar con argumentos necios y muletillas al uso a fin de soportar lar extenuantes jornadas laborales. ¿Quihubo?




Cortesía de Null