6.28.2017

Conociendo México - El Tepozteco

¡Qué tal, mis queridos lectores!

Hacía un rato que no aportaba nada para esta sección y este fin de semana estuve cerca de un lugar que, aunque ya conocía, me dio gusto visitar.






Esta vez les hablaré del Tepozteco. Para llegar a Tepoztlán, si se viene de la ciudad de México, se toma la autopista del Sol, hasta la salida a Oaxtepec. Se toma esta vía hasta la primera caseta y se sale al pueblo de Tepoztlán, llegando a una intersección frente a una gasolinera, para llegar al pueblo se gira a la izquierda. Se toma la calle principal que en esa parte se llama 5 de mayo, hasta llegar a la calle de Revolución de 1910 donde se debe rodear el centro de la población, girando a la izquierda. Se toma esta calle hasta la esquina con  Arq. Pablo González donde se vuelve a girar a la izquierda en la calle de Ignacio Zaragoza hasta llegar a la calle Del Tepozteco, continuación de 5 de mayo y seguir hasta el fondo, donde se llega al paraje de Axitla, donde comienza el ascenso al mágico Tepozteco.



La magia del Tepozteco no se limita a su impresionante aspecto, sino que ha sido un verdadero sitio ceremonial desde casi 1300 años antes de Cristo. Las tribus Xochimilcas que poblaron este pueblo rendían culto al dios del Tepozteco Ometochtli-Tepoztécatl, el dios del pulque, que regía la fertilidad vegetal y los vientos (curiosamente, análogo a Baco o Dionisio para las culturas griega y romana respectivamente), al cual se le erigió una pirámide en la parte alta, como si fuera una especie de castillo o refugio, a donde acudían peregrinaciones de lugares tan distantes como lo que ahora es Guatemala.




Cuenta la leyenda que una doncella solía bañarse en la barranca de Atongo. Se decía que en las barrancas "dan aires", pero la doncella no lo creyó; y así, al cabo de un mes se supo encinta. La doncella se presentó a sus padres y, avergonzada, les confesó su embarazo.  Al nacer el niño, el abuelo hizo varios intentos para deshacerse de él. En una ocasión lo arrojó desde una gran altura contra unas rocas, pero el viento lo depositó en una llanura; en otra ocasión, fue dejado cerca de unos magueyes, pero al poco tiempo las pencas se doblaron hasta llegar a su boca, para darle de beber aguamiel. En otro intento por deshacerse del niño, fue arrojado a hormigas gigantes pero éstas, lejos de picarlo, lo alimentaron. El joven aprendiz de brujo realizó entonces grandes prodigios y permaneció siempre protegido por el dios del viento. Liberó al pueblo del sometimiento de un gigante con sus poderes y fue proclamado dios-gobernante del pueblo hasta su muerte, por lo que se le erigió dicho templo en su lugar de origen, en la punta del cerro Tepozteco, que hoy por hoy es un importante atractivo turístico del estado de Morelos.



 
Tepoztlán es uno de los lugares más enigmáticos del planeta, pues son habituales los avistamientos de OVNIs –que han sido fotografiados en numerosas ocasiones– y los encuentros con humanoides y entidades fantasmales. Estos fenómenos suceden, además, en un entorno mágico donde todavía se practican milenarios ritos chamánicos y abundan los enclaves sagrados como cenotes, grutas e incluso una pirámide.

Esta mágica población, de enorme belleza, destaca por una serie de rocas que adornan sus montañas, y que parecen haber sido labradas por las manos de un artesano. Al caer la tarde, semejan cambiar de forma y no es rara la aparición de esferas luminosas que «brincan» de cerro en cerro. Para los habitantes de Tepoztlán ésta es la forma mediante la cual se comunican los enigmáticos montículos.

Dicen que en este lugar se siente una clara y definida energía, ya sea que su origen sea endémico o simplemente una reacción somática a la historia del lugar, su existencia es innegable para mucha gente. Esto se aprovecha por diversos grupos para realizar meditación, yoga, y para encuentros chamánicos en los tradicionales temascales de los spas locales. Asimismo, varias congregaciones católicas tienen en el pueblo sus espacios de retiro y conventos. Lo que no se puede dejar de experimentar es el trayecto a la pirámide, que resulta un pequeño viaje de encuentro personal y espiritual, que ofrece una maravillosa vista de Tepoztlán y pueblos aledaños desde su cima.



Debido a los diferentes climas, se presenta una variedad de ecosistemas, en los que existen algunas especies animales y vegetales de gran importancia, así como una variada flora que permite adentrarse en la medicina tradicional, que aún en nuestros días tiene gran arraigo principamente entre la gente adulta. En cuanto a la fauna silvestre puedes encontrar Tejón, armadillo, tlacuache, zorrillo, cacomixtle, ardilla, conejo e incluso coyote.

¿Qué tal? A  mi parecer es un lugar hermoso, dejando la cuestión mítica de él. Es una vista maravillosa a poco menos de una hora de la ciudad y el pueblo también es precioso. Si van, no pueden perderse de las nieves que son toda una delicia.


Espero les haya gustado esta pequeña reseña que con mucho cariño y poco tiempo les hice. Nos leemos otro día que robe una hora de ciber para poder publicar. Bonita semana! 

-Sabi